Señor, haz de mí, un "sacramento" de tu amor, una presencia de Jesús entre los hombres. Que sea capaz de revelar tu bondad con mis palabras, tu verdad en mis acciones, tu serenidad en mis actitudes. Que permanezca siempre abierta al otro y a la historia... capaz de establecer el diálogo que permita anunciar tu evangelio en el corazón del mundo. Sólo así podré continuar la misión de educador porque sólo tu palabra puede hacer surgir el hombre nuevo, meta de toda educación cristiana, legado y tradición de nuestra compañía. Santa Juana de Lestonnac.
viernes, 29 de febrero de 2008
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